Biografia

Giglia Acquaviva

Giglia nació poco antes de la primavera de 1961 en una familia donde no faltaba el arte: la música, la pintura y el teatro. Ello sucedía en Mendoza, Argentina.
Las mejores horas de juego transcurrieron sobre las teclas de un piano desde que tenia 5 años de edad, y aunque ella no sabía decirlo,  ya imaginaba poder imitar a los grandes jazzistas de la época. En ese entonces su familia  residía en California, EEUU, donde creció cerca de las maravillosas montañas del Yosemite Park. Naturaleza que señaría fuertemente la emoción por lo bello y despertaría la necesidad de un lenguaje con que expresarlo.

A los diez anos, en Argentina, Giglia inició seriamente estudios de Piano y Composicón que finalizaría a los 22 años en el Conservatorio Nacional de Música. Si bien la música sería suficiente herramienta para una larga vida artística, ella necesitaba todavía conquistar un medio que la atraía con apasionante energía: el Color. Como quien se permite un simple relax, ella abrió un paréntesis en su vida dándose a la creación de una técnica que resultaría ser el inicio de su carrera como pintora. Se trataba de TAPICES DE CUERO, formas encastradas de la más preciosa textura y coloratura.

La curiosidad por las Obras de Grandes Maestros de la pintura (Picasso, Gauguin, Magritte, Klimt, Cezanne) y  por las culturas de todos los tiempos se trasformó en una serie extensa de reproducciones.

Quince años de constante práctica y observación le dieron el impulso que necesitaba para crear sus propios dibujos.

Se advierte desde entonces  nació el trazo decidido de influencias cubista y expresionista. En 2001  recibió un elogioso Primer Premio de manos de Hermenegildo Sabat – gran artista argentino a quien ella tanto admirara – con su obra Homenaje a Adiós Nonino  (Tapiz de cuero sobre fondo pintado con acrílico)

La necesidad de expresar mas velozmente sus ideas  la llevó a explorar nuevas técnicas.

Era el año 2002 cuando inició un período muy fértil de PINTURA SOBRE SEDA. Técnica que requiere gran velocidad de dibujo y pincel, justamente el ritmo opuesto que ella  había aplicado en la construcción de tapices. Fue su hermana Gisela Aquaviva, experta pintora, quien la iniciara.

En 2006, ya residiendo en Italia, reuniò las dos técnicas practicadas en una nueva creación: PINTURAS EN RELIEVE

El Relieve se convirtió definitivamente en el recurso expresivo por excelencia,  jerarquizando el trazo a la par del color. Ninguna línea quedaría oculta: El dibujo dejaría de ser el constructor invisible de la obra para tomar el primer plano de expresión.

Y cada palmo de color se desplegaria en sus propios matices de claro-oscuro, tal como la belleza del cuero lo había enseñado.

La formación autodidacta, siempre observadora de los grandes maestros, le abriò a Giglia la curiosidad por las expresiones artísticas de todas las culturas. Hoy se pueden advertir en sus obras las influencias del arte griego, etrusco, azteca, inca, romano, oriental, todo ello reunido en un estilo que la caracteriza plenamente.

Las obras han sido requeridas por coleccionistas de todo el mundo, siendo especialmente notables en Italia, Alemania, Suiza, Holanda, España, Inglaterra, Francia, Bélgica, Estados Unidos, Canadá, China, Japón y Argentina.